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Su uso y algunas veces abuso de los mismos pueden traer consigo más desventajas si no se aplica correctamente.

Redacción | Revista Hablemos del Campo en Nicaragua

El uso de los plaguicidas se remonta a la antigüedad, desde la Grecia Antigua. Desde entonces, muchos químicos inorgánicos se han empleado en distintas culturas y naciones para combatir las plagas.

En este recorrido de prueba y error, los plaguicidas de hoy en día con los que cuenta el sector agropecuario ya tienen un registro de su potencia y nocividad, dependiendo de cómo sea utilizado.

Se llama plaguicidas o agrotóxicos al amplio conjunto de sustancias químicas, orgánicas o inorgánicas –e incluso sustancias naturales- que se utilizan para combatir plagas y vegetales, describe el ingeniero agrónomo Jeancarlos Tórrez, quien especifica que su empleo es para eliminar insectos, ácaros, hongos, roedores, caracoles, gusanos, entre otros, así como defoliantes, desecantes, agentes para reducir la densidad y evitar la caída o deterioro de la fruta, entre otros usos.

Sin embargo, advierte que su uso, y a veces abuso, traen ventajas, pero también sus desventajas.

“En el mercado existen muchos productos para controlar casi todo tipo de plagas agrícolas”, señala el ingeniero Tórrez, quien señala que entre las ventajas de su uso están el matar rápidamente a los insectos y, en algunos casos, casi a lo inmediato. Otra ventaja es que son de fácil aplicación y se requiere muy poca mano de obra.

Desventajas

Más allá de las pocas ventajas, el ingeniero Tórrez señala una serie de desventajas, iniciando con que “el control de los plaguicidas es temporal, lo que hace necesario usarlo una y otra vez hasta convertir su uso en algo dependiente de los cultivos”.

Apunta también que su uso elimina los insectos benéficos, “esos que colaboran a eliminar los insectos plaga”. Pero algo peor podría suceder, añade, “crean resistencia en los insectos plagas, los que con el tiempo se vuelven más fuertes y se torna difícil controlarlos”, haciendo que el productor invierta en nuevos productos más caros, los que al final de cuentas pasa al costo final del producto.

El ingeniero Tórrez ha logrado identificar que el uso de los plaguicidas contamina los suelos, volviéndolos poco o nada productivos, así como las fuentes hídricas como ríos, quebradas, criques y vertientes con sustancias tóxicas, dejándolas no aptas para su uso.

Finalmente, refiriéndose a las desventajas, sostiene que los plaguicidas pueden provocar intoxicación a las personas que las aplica, pero también a aquellas que consumen alimentos con residuos de agrotóxicos.

“Está comprobado que ciertos agrotóxicos producen efectos a la salud humana en el corto y largo plazo. En el corto plazo algunos plaguicidas producen dolor de cabeza, mareos, vómitos, diarreas y desmayos; en el largo plazo algunos agrotóxicos pueden desencadenar efectos nocivos como cáncer, esterilidad, abortos, daños en los nervios y el cerebro”, comenta el también especialista en suelos y agua.

Y, aunque existan más desventajas que beneficios, el ingeniero Jeancarlos Tórrez ofrece algunas recomendaciones sencillas para que puedas realizar una correcta selección del producto a utilizar, es decir, el menos tóxico y el más indicado para reducir los riesgos de intoxicación en tu familia y minimizar los impactos al medio ambiente.

Clasificación de los agrotóxicos

“Es importantísimo que el productor conozca la clasificación de los agrotóxicos y, a partir de ahí, tomar la decisión más acertada”, menciona el ingeniero Tórrez, quien describe:

  1. Por la plaga que controla

Esta está referida al tipo de plaga que controla o mata, los que pueden ser insecticidas (destinados a eliminar insectos y gusanos), acaricidas (destinados a controlar o eliminar ácaros o arañuelas), fungicidas (destinados a controlar o eliminar las enfermedades causadas por hongos) y herbicidas (destinados a eliminar la maleza, tanto de hojas anchas como angostas).

  1. Por la forma de control

En este aspecto se refiere a la forma que el agrotóxico elimina o controla la plaga.

“En el caso de los herbicidas de contacto, solo actúan y matan las partes de la planta donde haga contacto con ellas. Los insecticidas de contacto matan a los insectos cuando estos se impregnan con el producto al caminar sobre las plantas o cuando este llega directamente a su cuerpo”, señala y añade que “los fungicidas de contacto son productos que ayudan a prevenir las enfermedades producidas por hongos”.

Pero aparte de los “de contacto”, también están los “sistémicos”. Los plaguicidas sistémicos son aquellos que son absorbidos y transportados por el interior de la planta. “En el caso de los herbicidas sistémicos, estos actúan y matan las malezas a medida que el producto se mueve dentro de la planta”, explica el especialista.

“En el caso de los insecticidas sistémicos, estos matan al insecto cuando éstos, al alimentarse, chupan el veneno que ha sido absorbido por la planta”, acota el ingeniero Tórrez.

  1. Por su estructura química

En este aspecto se clasifican en organoclorados, organofosforados, carbamatos y piretoides.

“En el caso de los organoclorados, estos productos en algunos países han sido retirados del mercado en la actualidad porque permanecen mucho tiempo en el ambiente, incluso años, acumulándose en los alimentos, provocando intoxicaciones luego de varios años de exposición, es decir, enferman poco a poco”, declara.

Los organofosforados son los más utilizados por los agricultores. “Entre sus principales características están que son productos bastante tóxicos para los animales, crean resistencia a las plagas, controlan rápidamente las plagas, pero también producen intoxicaciones en poco tiempo y pueden enfermar incluso en pocas horas”.

Similares a los organofosforados están los carbamatos, que, entre sus principales características se pueden mencionar que son extremadamente tóxicos para la salud y el medio ambiente, las otras características son similares a los organofosforados.

Finalmente, en esta caracterización nos encontramos con los piretoides. “Son productos de última generación, al principio fueron extraídos de un producto natural llamado Crisantemo y entre sus características principales están que son poco tóxicos para los humanos y animales, permanecen en el ambiente poco tiempo y controlan rápidamente las plagas”, refiere el especialista.

  1. Por su grado de toxicidad

Esta clasificación fue recomendada por Organización Mundial para la Salud (OMS) y se refiere al riesgo o peligrosidad del producto para la salud humana. Es una herramienta muy útil para darse cuenta del peligro que representa el producto de acuerdo con el color de la etiqueta.

Para conocer más, compartimos la siguiente infografía que les permitirá conocer gráficamente toda la información que acá le hemos compartido.

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